Incendios en Chile: las llamas del capital atacan de nuevo

20.03.2023

"Si el capitalismo es incapaz de satisfacer las reivindicaciones que surgen infaliblemente de los males por él mismo engendrados, debe morir". León Trotsky

El pasado mes de febrero fuimos testigos de los dantescos incendios que azotaron el centro y sur de Chile. Estos costaron la vida a 26 personas, varios centenares de heridos, la pérdida de más de 400.000 hectáreas y la evacuación de más de 7000 personas en las sureñas regiones de del Bío Bío y La Araucanía. La fuerza de los incendios impactó a nivel global y requirió la mobilización de miles de personas y recursos para su control que duró semanas. 

Inmediatamente el empresariado y la prensa apuntaron a la ineptitud del gobierno de Boric. Incluso acusaron a las comunidades mapuches de ser los autores de incendios  terroristas como los causantes. Pero tras el humo y el fuego la esencia del verdadero culpable se deja ver: El modelo de explotación forestal instaurado por la dictadura en 1974, donde el decreto 710 dió carta blanca a los grandes monocultivos como el pino y el eucaliptus en desmedro de especies nativas milenarias. Según un estudio de 2021 (1)  de un total de 2.303.886 hectáreas de plantaciones forestales un 55.8% están  cubiertas de pino radiata y un 37.2% de eucaliptus (este mismo territorio fue usurpado por el Estado chileno al pueblo Mapuche a finales del siglo 19). El objetivo  es la producción de celulosa (altamente contaminante), producto intermedio para la elaboración de otros productos masivos como la producción de tableros, muebles, pulpa para la industria papeleras, por ejemplo.

Esta nueva política forestal decretada en los albores de la dictadura buscaba homogenizar el paisaje facilitando así la explotación de las nuevas empresas forestales (hoy controladas en un  70% por las empresas del Grupo Matte, CMPC y del grupo Angelini, Forestal Arauco, Celulosa Arauco, CELCO). Así los valles y montañas que antes se vistieron con especies milenarias cambian a otras de  rápido crecimiento y de mayor ganancia en el mercado mundial como lo son el pino y el eucaliptus, especies que además por su gran necesidad de agua convierten el subsuelo en verdaderos desiertos, lo que a fin de cuentas es otro gran factor en la fuerza de estos incendios. Según los especialistas (2) esta es la causa central del poder devastador de la catástrofe, que año tras año golpean el sur chileno. Y es que nada es casualidad en toda esta destrucción. Este modelo forestal responde a un previo cambio estructural mayor venido desde las entrañas mismas del imperialismo yanki. En el año 1973, la dictadura de Pinochet de la mano del profesor de la Escuela de Chicago, Milton Friedman y sus discípulos chilenos, los llamados "Chicago Boys" reinstalaba a sangre y fuego el modelo capitalista clásico, el mismo modelo que muchos llaman hoy neoliberalismo.

¿Qué es el neoliberalismo?

"Primero que todo, es el viejo liberalismo renovado, ni más ni menos". Y el liberalismo es la ideología del capitalismo: la defensa de propiedad privada de los medios de producción y que el mercado, mediante la ley de la oferta y la demanda, regula la economía (el Estado no se mete en la economía). El Liberalismo es el capitalismo clásico estudiado por Marx, es la ideología que dominó y dirigió el destino de la economía mundial en forma ininterrumpida desde 1820 más menos hasta la crisis del 29-30 (comienzo del modelo Keynesiano). Producto de esta crisis los liberales desaparecieron de toda dirección y gestión de la economía tanto a nivel particular como a nivel general. Mientras el keynesianismo se pavoneaba por el mundo, los liberales se enclaustraban en las universidades.

Chile, de la terapia de shock a laboratorio de USA

Con el golpe militar chileno de 1973 Friedman vió la oportunidad de fundar este nuevo "liberalismo", predicando la "Libertad para elegir, estableciendo un nuevo liberalismo económico" donde lanza una crítica implacable contra la participación del Estado en la Economía, y en defensa de la "libre iniciativa individual" (propiedad privada). ¿Pero qué había de nuevo en eso?, nada, pues no hay ninguna diferencia medular con el viejo liberalismo de Smith y Ricardo. La única diferencia que puede apreciarse es de grado en cuanto y en tanto a que Friedman negaba toda participación del Estado, a Smith le parecía que sí podía hacerlo siempre que no fuera perturbador. Chile se convertía así en el laboratorio necesario para desmantelar el modelo keynesiano.

Este gran cambio económico se instauro por lo que es conocido mundialmente como "la Doctrina  de shock" (3) . Llevado a cabo por Jorge Cauas Lama (Democracia Cristiana) los cuales no serían simples ajustes económicos, traumáticos, por cierto, como respuesta a la recesión mundial, no; era la adopción "oficial" de la política económica que emanaba de la Escuela de Economía de la Universidad de Chicago. ¿Hay realmente alguien que crea que fueron los Chicago boys quienes desarmaron el Régimen keynesiano he impusieron un régimen que se hace llamar "neoliberal"?

El costo social del ajuste, que permitió "la refundación del capitalismo clásico chileno", recayó dramáticamente sobre los hombros de los trabajadores y pensionados de la clase obrera con altísimas tasas de cesantía y miseria, mientras que la pequeña burguesía y la gran burguesía criolla fueron destruidas casi por completo. Con los años veríamos también (como lo vemos hoy)  que el medio ambiente, la flora y fauna chilena pagarían el precio para sostener a este modelo de muerte.

Boric:  el nuevo lacayo de las forestales y el modelo capitalista chileno

La dictadura pinochetista con su Ley de Explotación Forestal le entregó un muy lucrativo negocio a las forestales. Con una  subvención millonaria  por parte del Estado este último debe cubrir hasta el 90% del gasto operacional de las empresas del rubro  y del bolsillo de todos los chilenos el pago   de seguros en caso de incendios. 

El año 2021 siendo Boric diputado votó a favor de la extensión de esta subvención  hasta el año  2033, con la traidora abstención del Partido Comunista (como era de esperarse obviamente). Y es que el papel  de Boric como presidente no es distinto al de ese entonces: ser el defensor y continuista de la herencia pinochetista tal cual lo hicieron los gobiernos de los 30 años.  Nada se puede esperar de  él y su gobierno y quienes llamaron a votarle son parte del engaño.


Nuestra tarea  como clase trabajadora

La anarquía del modelo chileno como en todo el capitalismo mundial, aparte de destruir la vida de los seres humanos requiere también destruir la naturaleza para así mantener su taza de ganancia. No son tan solo estos recientes incendios que mantienen en jaque a Chile y su pueblo: la industria minera y/o pesquera por ejemplo han creado las llamadas "Zonas de Sacrificio", regiones del norte y  sur del país donde se permite la destrucción del ambiente en pos de la ganancia de los empresarios . La presencia de graves enfermedades y tempranas muertes en la población de estas regiones sacrificadas nos muestra que el sistema no se detiene ante nada ni nadie. La clase trabajadora chilena y mundial se encuentra entonces en una encrucijada vital y urgente: o destruimos este sistema de mierda ahora o este nos lleva consigo hasta el fondo barranco en su crisis final. Si queremos sobrevivir la única salida al desastre capitalista es la revolución socialista. Queda poco tiempo, es hora de organizarnos y actuar.


Camilo Sepúlveda / Luis Carrasco


(1) Industria Forestal en Chile, Magdalena Cardemil Winkler, Biblioteca del Congreso Nacional de Chile.

(2)    Antonio Lara, académico de la Universidad Austral de Chile, «Monocultivos forestales y metas medioambientales», en CIPER-Opinión 19.01.2023]

(3) Naomi Klein, La  doctrina del Shock, (2007), Toronto, Canada

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